jueves, 15 de octubre de 2009

Un novio, un tire, dos hoteles

Tenía un novio maniático que cada que llegaba a un hotel revisaba todo el cuarto. Primero las paredes. Luego levantaba los cuadros a ver si habían cámaras, abría los pequeños closets, y terminaba cogiendo las sábanas o las casacas o esa cobija que siempre te dan de más y la ponía encima de los cuadros. Cuando terminaba corría al baño a lavarse. Lo hacía compulsivamente una y otra vez. Nunca quiso masturbarse frente a mi, le parecía tonto. Y luego de haber tirado recogía su ropa y la ponía en la mesita de noche. Antes de irnos tendía la cama como quien olvida que una cama de hotel es un cuarto prestado.

Luego una vez era un año nuevo yo estaba circunstancialmente soltera y mi amigo guapo tb. Habíamos brindado de más en al casa de un amigo y lo habíamos hecho a medias en el baño. Nos quedamos con las ganas y yo lo meti a uno de esos hoteles parejeros y puteriles del centro de Lima. Me pareció un chiquillo cuando miró la ducha y dijo con inocencia: asuuuuuuu, ¿nos bañamos? No me pareció tan chiquillo cuando me monto. Me confeso que nunca había tenido sexo oral, que quería hacerlo conmigo. Me miró de nuevo como chiquillo y dijo: ¿me dices por donde voy? Se lo expliqué pero ni aún así llegué. Bueno, tiene a su favor que no me va el sexo oral. No pasa nada cuñao.

3 comentarios:

  1. Una vez llegué a un hotel con una fulana y en recepción me encontré con dos amigos con los que habíamos estado en una fiesta un rato antes. Ambos esperaban con sus chicas, recién conocidas también, porque no había habitación disponible. Al desocuparse una nos miramos todos y sin pensarlo ni decirnos nada entramos los seis. (Luego continúo.)

    ResponderEliminar
  2. Sí! envíala completa a elmundosenosvinoencima@gmail.com

    =)

    ResponderEliminar