miércoles, 20 de enero de 2010

Encuentro frustrado

Lo que les cuento me pasó hace 10 años. Yo era una adolescente poco instruida en relación al sexo - como pensar que "Sexo oral" era lo que se hacía por teléfono - y otros avatares, estaba en 5to de secundaria y salía con un muchachito del Champagnat, era el mejor amigo de mi hermano. El único problema que tuve en esta relación fue que una chica de mi barrio, Mariella, se moría por él y comenzó a hacerme la vida imposible.

Pasaron meses y ella consiguió lo que quería, yo me aburrí de los problemas y dejé de ver a Alberto. No pasó mucho tiempo para que otro chico comience a afanarme, se llamaba Andrés y me enteré que era el primo de la loca obsesiva.

No sé qué plan tendrían ambos, pero él un día me buscó y me robó un beso, yo me quedé estupefacta una semana, nunca me habían besado. Desde esa vez, nuestros encuentros eran completamente esporádicos. Yo, en el papel de la niña idiotita y cándida, pensaba que por habernos besado ya teníamos algo y él, se aprovechaba.

Insistió muchas veces para tener relaciones, cosa a la que me negaba, poco después me enteré de que él tenía novia y me sentí tan estúpida que me desquité con una col, la piqué a machetazos. Pasé un par de días pensando qué cosa podía hacerle para vengarme de él.

Finalmente, lo cité en un hotel. Le dije a Toño, mi mejor amigo, que me acompañe. Pedimos la habitación y el recepcionista no nos hizo problemas por ser menores de edad. Subimos y estuve chequeando por la ventana hasta que Andrés aparezca. Él llegó y lo hice esperar media hora, estaba mirando atentamente su reloj de pulsera y se le escapaban todos los ticks.

Bajé del hotel y le di la llave, le dije que suba y que me espere porque le tenía una sorpresa. Toño lo esperaba en el baño del cuarto con un bat de baseball que había llevado envuelto en su polera.

Toño siempre ha tenido un aspecto de tipo sádico y brutal, él lo esperaba en el baño, abrió la ducha para que se de cuenta de que alguien estaba ahí, al entrar Toño hizo un gesto de desquiciado que asusta a cualquiera

- "Así que viniste por tu sorpresita, ¿no?"

Andrés no le dijo nada y se fue corriendo. En parte me quedè con las ganas de que le peguen, creo que eso se merecía. Lo triste es que no pude ver nada de lo que pasó, el mentiroso no volvió a buscarme, sólo me llamó para decirme que era una maldita hija de perra y una looser, que nadie juega con él de esa manera y mientras él bociferaba insultos, yo me mataba de risa.

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